Pequeño templo, construido en mampostería revocada. Costa de cabecera cuadrada, una nave única y espadaña a los pies, con pórtico al mediodía flaqueado por la sacristía y la troje, todo de cronología muy tardía.
La portada se remonta a época románica, compuesta por un sencillo arco de medio punto doblado, con arquivoltas cuadrangulares que apoyan en pilastras con impostas de nacela, todo igualmente revocado.
Parece ser que está trasdosada por una chambrana de nacela, que hoy queda a ras de muro, pues la portada aparece rehundida respecto al parámetro. Su cronología habría que llevarla al entorno de 1200.
También románica es la pila bautismal del interior, formada por un vaso troncónico de arenisca, con una altura de 73.5 cm y un diámetro de 111cm, dispuesto sobre pódium de doble escalón circular. Se decora con doce arcos de medio punto, con columnillas sogueadas, sobre los que aparece una cenefa de dientes de sierra. Es una pieza característica de su época en territorio soriano, tanto por la forma, como por la decoración, como por el tipo de basamento sobre el que se apoya.
Al realizar unas obras en la iglesia parroquial, aparecieron, al ser derribado un muro, un instrumento musical, una moneda de Felipe IV fechada en 1664 y unos folios manuscritos. El instrumento musical es de madera. Demasiado perfecto para tratarse de un simple juguete infantil, tiene tres agujeros dispuestos en la misma forma que los del "txistu" vasco actual.